En el pasado se prestaba mucha atención al aspecto de los interiores y poca atención a cómo repercutían en nosotros. Como seres sensoriales que somos, debemos celebrar nuestros sentidos a través de los cuales conocemos e interpretamos el mundo, y ejercitar de forma constante los sentidos de la vista, el tacto, el gusto y el olfato para que no queden atrofiados por falta de uso. Cada vez más, a medida que la vida se va estandarizando, los lugares que habitamos son menos sensoriales. Los entornos de trabajo tienen sus problemas particulares: la luz de los fluorescentes provoca dolores de cabeza y letargo, el aire acondicionado precisa de ventanas
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Pensar antes de decorar
En el pasado se prestaba mucha atención al aspecto de los interiores y poca atención a cómo repercutían en nosotros. Como seres sensoriales que somos, debemos celebrar nuestros sentidos a través de los cuales conocemos e interpretamos el mundo, y ejercitar de forma constante los sentidos de la vista, el tacto, el gusto y el olfato para que no queden atrofiados por falta de uso. Cada vez más, a medida que la vida se va estandarizando, los lugares que habitamos son menos sensoriales. Los entornos de trabajo tienen sus problemas particulares: la luz de los fluorescentes provoca dolores de cabeza y letargo, el aire acondicionado precisa de ventanas